Por Susana Lucinda Uriarte de Louge*
Azul (Pcia. de Bs. As.)

EMIDIO SALVIGNI nació en Imola, ciudad perteneciente a los Estados Pontificios, el 8 de marzo de 1789. Hijo del comerciante Sebastián Salvigni y de Teresa Mattioli. Sus hermanos mayores fueron: Peregrino, destacado médico y químico, Mariana, Domingo, Andrés y Clementina, y los menores: María, Teresa, Joaquín y Ana.
Emidio estudió latín y retórica, teniendo una especial predilección por los versos latinos. Debió interrumpir su instrucción a consecuencia de los primeros acontecimientos de los ejércitos franceses en Italia, en particular en las legaciones de Bolonia y Ferrara. En 1803, pasó a la Universidad de Bolonia donde inició sus estudios de química farmacéutica bajo la tutela de su hermano mayor Peregrino. Éste, que conocía el desagrado que le provocaba esta carrera, resolvió asignarlo a la jurisprudencia en el curso de 1805, rindiendo con honor y felicitación el examen.
Ese mismo año Emidio decidió presentarse como voluntario en el cuerpo conocido como Vélites Reales, iniciando así su carrera militar. Este cuerpo se componía de jóvenes burgueses mantenidos por sus familias, destinados a la guardia del Soberano y a cubrir las plazas de oficiales subalternos en el regimiento de línea.
Sentó plaza el 5 de septiembre de 1805 y participó en la campaña de Dalmacia, siendo Carlo Zucchi comandante de su batallón. El 6 de octubre de 1806 fue ascendido a subteniente de Vélites, cargo equivalente al de teniente en el ejército italiano. En 1807 lo destinaron para organizar el tercer batallón de línea en Italia. A fines de ese año, junto con otros batallones y regimientos, marchó en misión a España. Allá recibió los despachos de teniente 1º del 5º de línea. Intervino en el asalto a Monjuic y Mataró en Cataluña, a las órdenes del general Lecchi. En una aldea cercana a Gerona, recibió una herida en el tobillo de su pie izquierdo que lo obligó a dejar el servicio activo y pasó a un empleo pasivo como oficial pagador.
En 1812, hallándose en Tolosa, su regimiento recibió la orden de dirigirse a Italia. En Milán volvió a la carrera activa siendo ascendido a capitán. Cuando finalizaba este año, marchó a Alemania y se incorporó a la Brigada Italiana comandada por el Gral. Zucchi. Esta brigada formaba parte del cuerpo del ejército del Gral. Grenier que se desplazaba a la retaguardia del Gran Ejército que marchaba en retirada tras la estrepitosa derrota sufrida en Rusia.
Salvigni, como ayudante de campo del Gral. Zucchi, asistió a la gran batalla de Bautzen, que tuvo lugar el 21 de mayo de 1813, donde el ejército ruso-prusiano fue derrotado por los franceses, destacándose la brigada italiana por su bravura.
Después de la caída del emperador Napoleón Bonaparte, Emidio Salvigni llegó a Buenos Aires en 1816 y ofreció sus servicios al Director Supremo Pueyrredón, quien los aceptó de inmediato. Su primer destino fue como teniente coronel de infantería de línea el 30 de julio de 1816 en el ejército del Norte, acantonado en Tucumán.
El 7 de agosto de ese año, en las Trancas, Manuel Belgrano se hizo cargo nuevamente del Ejército del Alto Perú, tras ser nombrado general del mismo por el Congreso, y designó a Gerónimo Helguera como su edecán y a Salvigni su segundo ayudante y dos meses después su edecán. La terrible derrota de Sipe-Sipe llevó a los diputados a la necesidad de reemplazar a Rondeau. Dicha fuerza debía mantener el orden interno y proteger con su presencia la frontera norte del país, ante cualquier posible ataque externo.
Belgrano, hombre culto, elegante, gustaba de las tertulias y le agradaba que sus oficiales frecuentaran el buen trato porque los hacía más compresivos y humanos. Una de las casas más visitadas era del acaudalado comerciante español D. José Ignacio de Garmendia y Aguirre y de su mujer, la dama patricia tucumana, Da. María Elena de Alurralde Villagrán y Vera y Aragón, descendiente de un prestigioso linaje. Tres de sus oficiales se casaron con las tres hermanas Garmendia Alurralde: Francisco Antonio Pinto Díaz, futuro presidente de Chile, casó con Da. María Luisa; Gerónimo Helguera Velarde con Da. Crisanta de la Trinidad y Emidio Salvigni con Da. María de la Cruz. Los tres casamientos se celebraron el mismo día, en 1817, en la Iglesia Matriz de Tucumán. El Gral. Belgrano apadrinó la triple boda. Fue uno de los acontecimientos más relevantes de la historia argentina por su connotación social y por la importancia de las familias involucradas.
Ante la gravedad de su enfermedad, Belgrano decidió regresar a Bs. As. en la segunda quincena de enero de 1820. Sus fieles ayudantes Helguera y Salvigni lo acompañaron en su último y penoso viaje desde Tucumán a Buenos Aires junto con el padre Villegas, el Dr. José Redhead y tres postillones. No lo abandonaron hasta su muerte el 20 de junio de 1820.
Salvigni continuó su carrera militar a las órdenes del Gral. Soler y en el combate de Cañada de la Cruz (28 de junio), lo tomaron prisionero las fuerzas de Estanislao López, quedando liberado cuando el mayor Ovando atacó Pergamino. En julio de 1820 ingresó al ejército de Dorrego junto con todos los prisioneros rescatados. A continuación, solicitó que lo destinaran al Ejército de los Andes, sin éxito, y en junio de 1821, pidió y obtuvo licencia absoluta “con goce de fuero y uso de uniforme”.
Radicado en Tucumán lo nombraron miembro de la Sala de Representantes de 1827 a 1829, y su presidente, el último año. Comprometido en las guerras civiles, después del combate del Tala del 27 de octubre de 1826 en el que Quiroga derrotó a La Madrid, organizó el Cuerpo de Cívicos que marchó desde Salta, a las órdenes del coronel Francisco Bedoya, para proteger Tucumán. Derrotado Bedoya en Chicoana en 1827 y batido otra vez La Madrid por Quiroga en la Ciudadela (1831), Salvigni se vio obligado a emigrar a Chile (1831), acompañado por su hijo Emidio Salvigni Garmendia. Se dedicó a los negocios mineros en Copiapó asociándose con fuertes capitalistas. En Tucumán dejó a su mujer Da. Cruz. Años después, las cosas empezaron a andar mal a raíz de la guerra del sur de Chile que afectó fuertemente la economía. A fines de 1851, sobrevino la desgracia, su único hijo, el joven Emidio, muere en un accidente. Tomó la determinación de ocultarle tan terrible noticia a su mujer Da. Cruz, diciéndole que su hijo estaba enfermo. Ella no se encontraba bien de salud y había padecido maltratos por parte de las huestes del Gral. Oribe.
Sus sobrinos D. Agustín Muñoz Monzón Murga y Da. Susana Helguera Garmendia de Muñoz Monzón Murga enviaron a su hijo mayor Agustín Segundo para que le hiciera compañía a su tío abuelo. Tenía sólo 12 años y llegó a Copiapó el 20 de abril de 1852. Su tío abuelo le comentó el engaño y lo hizo su cómplice. Por intermedio del padre Ramallo y de su sobrino D. Federico Helguera Garmendia, Da. Cruz se enteró de la verdad en septiembre de 1852. Después de la batalla de Caseros, Salvigni volvió con su sobrino nieto a Tucumán aunque continuó con los negocios en Copiapó. Agustín (h) se quedó viviendo con el matrimonio Salvigni, éstos lo adoptaron y lo instituyeron como su universal heredero. En agradecimiento, Agustín (h) tomó el apellido Muñoz Salvigni.
Emidio ocupó varios cargos honoríficos durante el gobierno de Marcos Paz. En 1858, se encargó de reparar a su costa la pirámide que Belgrano había erigido en el campo de la Ciudadela para conmemorar la batalla de Maipú y que estaba a punto de derrumbarse. Arregló sus mármoles y la dotó de una reja. Es la pirámide que se conserva en la actual plaza Belgrano. Casi veinte años después, el estanciero porteño Andrés Egaña costeó el rediseño de la pirámide de 1817.
Salvigni murió en esta ciudad, el 19 de octubre de 1866 y sus restos descansan en la bóveda de D. Agustín Muñoz Salvigni en el Cementerio del Oeste de Tucumán.
El Cnel. Salvigni recibió tres condecoraciones por las guerras napoleónicas: caballero de la Legión de Honor, orden de la Corona de Hierro y la medalla de Santa Elena. Las mismas pueden observarse en la foto superior.

 

Firma

*La autora Susana Lucinda Uriarte de Louge es bisnieta materna-materna de D. Agustín Muñoz Salvigni Helguera y de Da. Lucinda Posse Silva.
Miembro titular del Instituto de Estudios Genealógicos y Heráldicos de la Provincia de Buenos Aires.
Miembro correspondiente del Centro de Genealogía de Tucumán.


Fuentes
- Archivo Uriarte Castañeda Vega. “Memorias del Cnel. Salvigni”.
- Cutolo, Vicente Osvaldo. “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino”. Tomo VI. Editorial Elche. Buenos Aires. 1983.
- Páez de la Torre (h), Carlos. “Historia de Tucumán”. Editorial Plus Ultra. Buenos Aires. 1987.
- Páez de la Torre (h), Carlos. “Un oficial napoleónico en Tucumán y Chile” artículo publicado en el diario La Gaceta de Tucumán. 8 de agosto de 1976.
- Murga, Ventura. “Muñoz”.
- Foto y firma: Archivo Uriarte Castañeda Vega.


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