Por Lic. Roberto Litvachkes
Autor del Libro "Historia del Hospital Argerich"

Hace tiempo le ofrecí a Analía Montórfano algunos párrafos de mi Libro sobre la Historia del Hospital Argerich, Analía aceptó el ofrecimiento pero me sugirió que tratara de escribir algo que relacionara el Hospital, el Barrio y la Colectividad Italiana, pedido al que accedí y este es el resultado del mismo.

Creo que es justo aclarar que este es un rápido esbozo del tema en base a algunos apuntes y referencias que utilicé para la realización del libro y que seguramente el tema merece ser profundizado por lo que espero sean perdonadas algunas inexactitudes en las que pueda incurrir.

Empecemos por enmarcar la situación de nuestro País y de la zona donde va a estar situado el Hospital Argerich.

“A partir de la segunda mitad del siglo XIX,[1]más precisamente a partir de 1880 se produce en Argentina un fuerte crecimiento producto de las exportaciones agrícola-ganaderas, esto exigió obras de infraestructura como tendido de vías férreas, electrificación de la red tranviaria, obras de alumbrado público” y dos áreas que en su momento se van a vincular: la construcción del Puerto y extensas obras de salubridad (Ampliar foto 137 Kb)

En solo 30 años el porcentaje de extranjeros de nuestro país pasa del 13 % al 30 % y en su gran mayoría elegían quedarse a vivir en los centros urbanos, como Rosario y Buenos Aires. En el caso de esta última se concentran en la zona del centro y en las cercanías del Puerto, en los distritos de San Juan Evangelista (La Boca) y Santa Lucía (Barracas).

El mayor problema es el déficit habitacional y la falta de infraestructura adecuada, el resultado será el hacinamiento en los conventillos, que eran viviendas colectivas en un primer momento improvisadas en viejas casonas patricias abandonadas en 1870 durante la fiebre amarilla. Luego continúan con la construcción de los conventillos donde se aúnan la pésima calidad de los materiales, la falta de condiciones de salubridad adecuadas y la pequeñez de las habitaciones producto de la avaricia de los propietarios, estas son las condiciones de vida de estos inmigrantes que han venido cargados de sueños e ilusiones.

La población estimada para 1870 en Buenos Aires era de 200.000 personas, el censo de 1904 da una población de casi 1 millón de personas!, las autoridades empiezan a tomar conciencia de la situación explosiva que se estaba generando.

Particularmente la zona del Puerto de Buenos Aires ha sufrido una profunda transformación, 30 años antes era una zona prácticamente inhabitada y hacia fines de 1900 se han trasladado ahí muchísimas familias genovesas.

Y se construyen astilleros navales,  almacenes y “barracas” donde se almacenaban diferentes productos, en especial cueros.

Debido a que el barrio era lugar de entrada de los buques cargados con inmigrantes, fue uno de los puntos donde se concentró la población de recién llegados. Para 1895 La Boca, se había convertido ya en la segunda circunscripción de Buenos Aires y contaba con cerca de 39.000 habitantes, de los cuales 17.000 eran argentinos, 14.000 italianos, 2.500 españoles y el resto de otras colectividades.

Entonces, habíamos visto que las condiciones de vida deficitarias favorecían la aparición de problemas de salud y durante el período 1888-1896 se intentaron distintas soluciones para atender las urgencias y emergencias de los accidentados y de los más humildes[2]. Sin embargo, a pesar de la inversión económica, no se lograba una buena coordinación para la atención del público. El Consejo Deliberante había suprimido el Servicio de Asistencia a Domicilio que efectuaban los Médicos de cada Sección de la Ciudad, proyectando sustituirlos por las Casas de Socorro, pero en su mayoría no llegaron a instalarse y se volvió al sistema anterior.

También se había tratado de mejorar el Cuerpo de Inspectores Sanitarios afectado al control de los inmigrantes, sospechosos de estar contaminados por alguna enfermedad exótica. Se impulsa el dictado de leyes que obliguen a denunciar los casos de enfermos “infectados” y también la obligatoriedad de desinfectar sus casas. Se aspiraba a mejorar el Servicio de Asistencia Médica Nocturna, encomendando a médicos particulares que espontáneamente debían inscribirse para brindar esos servicios por llamado directo de los clientes a sus casas; este sistema tampoco llegó a prosperar.

Muchas de las medidas que se iban a tomar eran más de índole represiva que de prevención y asistencia, producto del desconocimiento y temor ante los inmigrantes y sus lenguas y dialectos extraños.

“si los inmigrante necesitan mas ayuda también necesitan controles especiales”[3]

Las repuestas que se proponen son por ejemplo aislamiento para inmigrantes con enfermedades exóticas o la construcción de Hospitales Barracas también para inmigrantes.

En 1896 es nombrado al frente de la Asistencia Pública el Dr. Telémaco Susini, provenía del área que hoy podríamos llamar sanitarista, discípulo de Guillermo Rawson de quien había convencido a las autoridades de la Facultad de Medicina que copiaran sus conferencias y cursos[4], traía concepciones muy diferentes al sector.

Una de sus primeras intervenciones fue en el sistema de atención de los servicios para los enfermos pobres, las urgencias y los primeros auxilios para toda persona que lo demandara.  Para esto, dividió la ciudad en dos partes: Servicio de los Suburbios, en la cual se incluiría La Boca, y el servicio del Centro.

También, como parte del proceso de reorganización en el mencionado año se había decidido intentar realizar algunas economías en el Presupuesto Municipal; siendo que en 1896 la atención de la población menesterosa se había realizado con 21 médicos,  en 1897 la misma se realiza con 10, lo cual ha significado un ahorro de $ 3.000.-, a la vez cierra algunos consultorios, entre ellos uno de la Boca, los vecinos se asustan y piensan que pierden la atención médica gratuita, por lo que elevan protestas que los diarios de la época recogen. 

Los habitantes de la Boca “eran gente que luchaba permanentemente para salir adelante y mejorar, gente muy humilde que ahorraba para mandar a sus hijos a buenos colegios; y a la vez era un grupo de inmigrantes con gran inquietud intelectual, de los cuales podemos recordar médicos y maestros que en La Boca formaron las primeras sociedades del barrio.  En 1900 había más de 15 mutuales en la zona, que tenían todos los servicios, incluso si ante fallecimiento de un asociado sus familiares deseaban repatriar sus restos, la sociedad se hacía cargo de los costos para el viaje a Europa.  Por ejemplo  la “Ligure”, la mutual que nucleaba a todos los inmigrantes provenientes de la región de La Liguria, o sea de Génova, tenía como institución médica para sus asociados el Hospital Italiano.”[5]

Con el tiempo se forma también lo que podríamos decir una elite obrera que mejora su condición económica pero no se va del barrio, sino que en el sitio donde tenían su primitiva casilla de madera construyen casa con 10,15 habitaciones y ayudan a sus compañeros obreros más humildes, y al barrio en general. Había una solidaridad extraordinaria, y las mutuales impulsaban este estilo de participación comunitaria, ayudando ante incendios, inundaciones, y cualquier catástrofe social.  En el caso del teatro Verdi y de muchas otras se sumaban las actividades culturales; por ejemplo, en el teatro mencionado continuamente ofrecía conciertos la banda musical.  En ese momento “la Banda del Verdi” era una de las principales del país, junto con la de “la Unión” de La Boca.  Estas Bandas habían tenido un origen en común, pero un maestro muy estricto había provocado el enojo de uno de los grupos que conformó otra Banda; esto habla de la seriedad que tenían estas actividades para el barrio. 

Si bien la mayoría de quienes conformaban estas sociedades eran italianos se caracterizaban por ser cosmopolitas.  Hay otras sociedades por regiones de procedencia de Italia.

Entonces vemos que Boca estaba caracterizada por una población generalmente obrera, y muy organizados debido a su formación política, por lo que después de las protestas en los distintos medios barriales el Dr. Susinida a conocer la respuesta.

Explica[6] la habilitación de mejoras en el consultorio de la calle Brandsen y la promesa de instalar otros consultorios para la mejor atención de los vecinos. En la misma nota, adelanta que los vecinos de La Boca se reunirían para dar forma a la idea de recolectar fondos, a fin de comprar un terreno y donarlo a la Municipalidad para que construya allí el Hospital Seccional que tiene proyectado y cuyos fondos ($ 26.000.-m/n) han sido ya votados por el Consejo Vecinal.

El 1ro de enero de 1897 se inaugura oficialmente el pequeño consultorio policlínico externo, el cual consta de tres piezas. Se nombra Director al Dr. Juan Aicardi.  El nombre inicial de sala sería “Hospital Vecinal de La Boca”.  Era una construcción económica, apropiada a las necesidades de la zona.  También se conoció con el nombre de “La Asistencia” por el apoyo que le brindó el Director de la misma. 

Entre otras la razón para nombrar al Dr. Aicardi como Director fue el origen Italiano del mismo, ya que era necesario que hablara la lengua de los pacientes para lograr la confianza de los mismos.

El Hospital de la Boca fue rebautizado como Hospital Argerich en 1904, en 1945 se mudó a su actual sede. Desde su fundación hasta la fecha estuvo ligado a las instituciones barriales y fundamentalmente a las de origen Italiano, algunos de sus principales médicos son nombres ilustres en la zona como el Dr. Eduardo Sichero Rabosa médico extraordinario, Jefe de Pediatría y miembro de una familia fundadora de La Boca o  el Dr. Jorge Canesa que ejerció la profesión hasta los 92 años, que jamás dejó de concurrir a los pedidos de cualquiera de las zonas del barrio, por peligrosa que ésta fuese; muchas veces le robaron su botiquín pero se limitaba a comprar otro y seguir adelante con su tarea.

Estos son algunos de los apellidos Italianos relacionados con el Hospital que podrían servir como ejemplo pero podríamos sumar muchos otros de igual origen y del propio barrio.

Las tareas de estas asociaciones y de vecinos que iban teniendo mejor posición económica permite también mediante rifas, reuniones en el Verdi y donaciones ir ampliando salas y servicios del Hospital.

En 1945, cuando el Hospital está a punto de pasar a manos de una Empresa del Estado se unen todas las organizaciones, desde la izquierda anarquista hasta la Iglesia y juntos consiguen recuperar el Argerich, otro apellido de quien tuvo una actividad extraordinaria de solidaridad para con el hospital fue el Artista Plástico Quinquela Martín, quien se constituyó por decisión propia en constante benefactor del mismo, también podemos mencionar a J. Castagnola, R. Bianchi, A. Poliza, J. Stagnaro y muchos otros presidentes y socios del Darling Tennis Club, institución deportiva que estaba con anterioridad en los terrenos que actualmente ocupa el Argerich y a pesar de haberlos cedido con los problemas que esto le provocó, en una actitud solidaria y generosa organiza periódicamente eventos en beneficio del Hospital.

A fines del 2003 se lo nombró Hospital responsable de la salud de los miembros del Poder Ejecutivo y es reconocido como el principal Centro Médico Público de Referencia, en Medicina de Alta Complejidad de América Latina, su prestigio está absolutamente ligado al esfuerzo de miles de inmigrantes Italianos que hablan con orgulloso del “Argerich, su Hospital de La Boca“.


[1] Juan Suriano – Serie Historia Testimonial Argentina de Centro Editor América Latina.
[2] R .Madero y E. Coni - Memoria y Balance Asistencia Pública 1910
[3]Ramos Mejía, Informe al Congreso Deliberante. 1834
[4] E. Cantón – Historia de la Facultad de Medicina
[5] Ruben Insúa, Fundador Museo de la Boca y en su oportunidad de la autoproclamada República de la Boca
[6] Enero de 1897, diario La Nación.

 


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