Causas de su índole Voluntaria y Obligatoria

Por Amalia Durante

Para el período que nosotros estudiamos se puede decir que se conoce como leva al reclutamiento de la población masculina para servir en el ejército.
Durante el reinado inglés de Alfredo el Grande (849-899) los súbditos se encontraban divididos en dos: los granjeros que atendían las cosechas y aquellos reclutados para servir en el ejército. De esta manera se rotaban las tareas militares entre la población. En la época feudal, las levas de los campesinos eran usuales para cubrir las necesidades de hombres de armas, como exploradores, leñadores etc. pero no como guerreros.
Sin embargo ninguna de estas levas fueron tan importantes como aquellas que posteriormente se hicieran durante la Revolución Francesa en Europa. Los enemigos externos de Francia representaban un peligro para los ideales revolucionarios de este país, por lo tanto se los combatía con batallones integrados por voluntarios.
En 1793 Francia estaba en guerra con Austria, Prusia, España, Inglaterra, el Piemonte y las Provincias Unidas. Se necesitaba contar con un ejército preparado, por tanto la Convención Nacional decide reclutar levas masivas y obligatorias para lo cual llamó a cada departamento francés a suplir una cuota de reclutados decretando, lo que se llamó una leva en masa (Levée en masse) el 23 de agosto de 1793.
La Revolución Francesa (1789- 1799) es uno de los más grandes y determinantes acontecimientos de la Historia e inicio de la época Contemporánea. En este escenario de luchas comenzó a destacar un joven general, Napoleón Bonaparte, que a través de un golpe de estado, asumió el poder y dio comienzo a lo que se conoce como la Era Napoleónica.
Durante este período, Napoleón realizó una fuerte centralización administrativa, con departamentos asistidos por un prefecto. Reorganizó el sistema financiero, creó el franco y el Banco de Francia, y emprendió también la reforma educativa con la creación de los liceos de enseñanza secundaria. La reforma judicial unificó las leyes mediante el Código Napoleónico (1804).
En política exterior Napoleón venció a Austria en Italia y firmó el tratado de Luneville por el que toda Italia, excepto Venecia, quedó en manos de Francia. Mediante un plebiscito se hizo nombrar Cónsul vitalicio y mas tarde Emperador dando inicio al Imperio.
Napoleón configuró un nuevo mapa europeo y constituyó un Gran Imperio que se extendía por toda Europa con una organización muy compleja.
Francia estaba rodeada por un cinturón de "Estados Vasallos" como el reino de Italia, del que Napoleón era rey, el Gran Ducado de Varsovia, la Confederación Helvética, la Iliria, y de Estados gobernados por familiares del emperador como los reinos de Holanda, Nápoles, Westfalia y España.
En este contexto europeo plagado de campañas militares, se establece la obligatoriedad del servicio militar.

Reclutamiento y Conscripción en Italia durante las Guerras Napoleónicas [1]

Extracto y síntesis del libro Reclutamento e coscrizione 1800-1815, de Virgilio Ilari.

1º parte: Reino de Italia 1798-1803

LA ARMADA NACIONAL [2]

El modelo francés y la República Cisalpina

Se cree erróneamente que el servicio militar obligatorio en Italia se instituye durante la Revolución Francesa, sin embargo se encuentra que ya en el año 1789, la milicia era obligatoria. Conocida como la Guardia Borghese, era integrada por ciudadanos, enrolados voluntariamente, en defensa del territorio y del soberano. Más tarde se establece que la misma Guardia destinase parte de sus efectivos dispuestos a ir al frente, cuando los legisladores considerasen que la Patria estaba en peligro.
En agosto de 1793 se decreta una leva en masa, de hombres entre 18 y 25 años aunque se consideraba una medida transitoria y finalmente en septiembre de 1798, El Consejo de los Quinientos aprueba la llamada "Ley del servicio militar obligatorio", que consta de 55 artículos agrupados en 4 títulos (principios generales, alistamiento voluntario, reclutamiento y la forma obligatoria de ejecución). Propuesta por el general Jean Baptiste Jourdan, organizada sobre el concepto de enrolamiento voluntario y con obligación de prestar servicio militar, provocó un alto índice de evasión y deserción.
La Ley Jourdan inspiró las similares leyes Cisalpina y Romana del año 1798 y la Italiana del año 1802, permaneció en vigor hasta 1818, estableciendo el reclutamiento de la Armada Napoleónica, mediante una leva selectiva, entre cinco clases (21 a 25 años) con obligación de permanecer enrolados durante cinco años.
Durante el Directorio, el general y diputado Jean-Baptiste Jourdan propondría a la cámara legislativa un modelo de reclutamiento totalmente novedoso hasta entonces: el servicio militar obligatorio y universal (sistema de conscripción) para todos los varones entre los 21 y 25 años por un período de cinco años.
 

EL RECLUTAMIENTO EN LA CISALPINA

Al igual que el modelo francés, la constitución Cisalpina veía como sistema ordinario de reclutamiento al enrolamiento voluntario y también el de extranjeros.
En 1797 se ordena a los ciudadanos Cisalpinos, que servían en ejércitos extranjeros que no fueran franceses, de retornar a su patria en un plazo establecido, bajo pena de confiscar sus bienes. Concedió una amnistía a los desertores, suspendiendo los procesos contra los detenidos y acordando a los rebeldes (contumaci) a un período de tres meses para volver a sus cuerpos. El beneficio también fue rechazado en los casos de deserción con el pase al enemigo.
La República Cisalpina, era un estado en el norte de Italia, creado en 1797 por Napoleón Bonaparte, cuya capital fue Milano. Su ejército estaba formado por tropas francesas. En el año 1802, pasó a llamarse República Italiana, y en el año 1805, se convirtió en el Reino de Italia, siendo su rey el mismo Napoleón.
 

Bandera de la

República Cisalpina

 (1797-1802)

Bandera de la

República Italiana

(1802-1805)

Bandera del

Reino de Italia

(1805-1814)

El 7 de enero de 1798 el ministro de guerra Martín de Vignolle (1763-1824), instituye nueve centros de reclutamiento en Pavia, Milano, Varese, Morbegno, Brescia, Faenza, Bologna, Modena y Massa. Más tarde se abren dos centros mas en Roma y Venecia. Sin embargo, a pesar de reclutar centenares de hombres, los mismos no alcanzaban a cubrir las bajas por deserción, y mortalidad.

El reclutamiento voluntario (27 diciembre 1797-29 abril 1798)

Eran tantas deserciones que el mismo ministro Vignolle establece que los reclutas se presenten con certificados de buena conducta, emitidos por la municipalidad, siendo sus oficiales los responsables por los mismos soldados.

El 29 de abril la Asamblea Legislativa aprueba un reglamento para el enrolamiento de personal voluntario, estableciendo los siguientes requisitos:

• Edad mínima 17 años, máximo 36 (reducido a 31 para la caballería).
• Tarjeta de residencia sin más de tres meses o certificado equivalente para los extranjeros (con declaración de querer establecerse en el territorio y tomar el juramento de las tropas Cisalpinas).
• Certificado de buena salud y aptitud para el servicio militar expedido por el cirujano del hospital militar (confirmado por exámenes médicos, por el cirujano del cuerpo).
• No ser culpables de crímenes, o desertor, o prófugo de las tropas Cisalpinas.
• Educación elemental (pero sólo a partir del año XII de la República, 1810).

Las normas sobre el permiso y la deserción (21 abril-10 octubre 1798)
  
El 21 de abril se le concedió la amnistía a los desertores nacionales, con un plazo de presentación de dos meses. Los desertores que fueron incluidos en otro cuerpo Cisalpino les fue permitido permanecer, siempre y cuando declararan la fecha de deserción y el cuerpo de origen. Los extranjeros fueron expulsados del territorio bajo pena de arresto y la condena a tres años de trabajos forzados.
El 8 de mayo fue suspendida la concesión de permisos y vacaciones, pero a cambio el 15 de mayo se concedió un premio en dinero a los primeros soldados en enrolarse al ejército Cisalpina.
El 10 de octubre, el Ministro ordenó interrogar a los reclutas y comprobar la autenticidad de declaraciones, derivando los sospechosos de ser desertores al Consejo de Guerra. Si resultaban desertores de un cuerpo Cisalpino, debían devolver lo percibido ilegalmente por medio de la retención de los salarios.


LA LEVA DE 1798

La campaña a favor de la conscripción obligatoria

El escaso alistamiento de voluntarios ponía en peligro la supervivencia de las 866 plazas para oficiales de infantería, por lo que pronto formaron un grupo de presión a favor del servicio militar obligatorio, una institución totalmente ajena a la mayoría de la sociedad Cisalpina. Mientras tanto, las  restricciones previstas por la ley del 29 de abril para el enrolamiento de extranjeros había bajado el rendimiento de la convocatoria, e hizo que en algunos sitios hubiese dejado de funcionar. No obstante, conviene tener en cuenta que en los departamentos del sur y el este, la obligación de las milicias no había caído en desuso y en 1793-96 estaban sujetos a las levas pontificias y venecianas.
Sin embargo, se disponen instrumentos administrativos para activar la conscripción obligatoria, sin recurrir a la dudosa colaboración de los párrocos que no resultaba todo lo efectiva que debía ser.
Mediante circular de fecha 24 de agosto de 1798 el Departamento Central de Policía, dispone entonces que los ciudadanos capaces de empuñar las armas deben registrarse en la municipalidad de su ciudad, y las listas deben ser elevadas al gobierno.

Según el informe del 6 de octubre, sin embargo, se realizaron sólo unos pocos registros y mal realizados, por lo que se decidió repartir la cuota entre la población y no entre los presuntos capaces de portar armas.

Algunas de las operaciones militares delegadas a los municipios, fueron:
• velar por su propia cuenta a los cuarteles locales y depósitos;
• determinar los ciudadanos sujetos a la leva de conformidad con el artículo 20 de la ley (en virtud de la sanción prevista por el artículo 21);
• llevar a cabo el sorteo con la asistencia oportuna de las tropas de la línea y la Guardia Nacional;
• garantizar la presentación al cuartel;
• proporcionar al Ministerio copia del acta de la asignación del contingente departamental entre los diferentes distritos, el catálogo general de los ciudadanos, los elegidos por sorteo, de los que ya arribaban a la ciudad y de los desertores o fugitivos.

Se prohibía a las autoridades locales conceder exenciones, si no era por enfermedades crónicas o malformaciones certificadas por médicos o cirujanos, visado por la administración municipal. No se aceptaban reemplazos, salvo, según el art. 28 que consentía ser reemplazado únicamente por un hermano.

El fracaso de la leva (10 de enero - 22 de abril, 1799)

La junta de leva se reunió en Módena el 10 de enero de 1799, presidida por el agente militar Diofebo Cortese y compuesta por dos miembros de la central y dos municipales de la comuna. El 16 de enero, el ministro anuló los incentivos para los voluntarios, e instó a los jóvenes a no evadir el servicio militar.

Luego de los reiterados fracasos del proyecto, no fueron conocidos (tal vez incluso ni por el directorio Cisalpino) ni el balance final de la leva, ni el uso operativo de reclutas, en la caótica situación resultante de la ofensiva aliada. En el acto del 22 de abril, se admitió públicamente que algunos reclutas eran "cobardes" desertores, contrastándolos con el generoso impulso de patriotas voluntarios que se enrolaron sin premio alguno, hasta la completa liberación de la patria, de los enemigos externos e internos.

Condena a militares durante la ocupación austríaca

Durante el invierno 1799-1800 los austríacos, comienzan una campaña de reclutamiento en el territorio italiano ocupado por ellos, con el objetivo de reclutar 20.000 hombres, sin tener en cuenta nacionalidad y antecedentes.  Ampliando la conscripción a Lombardía y Mantova, y restaurando la institución en la díscola Toscana y en Nápoles. El 5 de septiembre de 1799 el gobierno militar de Lombardía ordena la condena de los militares investigados por delitos no difamatorios y no políticos. De todos modos, y aunque hubo numerosos presos políticos, éstos obtuvieron impunidad al alistarse en las tropas austríacas.

 
LA REFORMA MELZI [3]

"Los vagabundos de Italia sin honor ni patriotismo"

El ejército Cisalpino fue reconstituido en junio del 1800 sobre la base de un Batallón Único y de la Legión Itálica, constituido en Dijon con los militares que habían seguido la retirada francesa, entrando en Italia con la Armada de Reserva. Inmediatamente se reanuda el reclutamiento voluntario, pero de un modo caótico y arbitrario.

El 16 de noviembre, en vista de la reanudación de las hostilidades, los cuarteles existentes fueron suprimidos y reconstituidos con una planta de 24 personas; se hizo obligatorio el examen médico, se prohibió la contratación de extranjeros y se reservó la primer elección de reclutas a la artillería y la segunda a la caballería.

El 6 de diciembre, fueron destinados a los cuarteles a los suboficiales sobrantes y se fijó una recompensa de seis coronas por la detención de desertores. El sistema de depósito era demasiado lento y, dada la urgencia, el 16 de diciembre se debió recurrir a lo más antiguo de la "compañía de leva", enviados de todo el país núcleos de enrolados compuestos por un oficial y tres suboficiales. El 9 de enero, se dictaron finalmente las normas para las licencias temporales y definitivas.

Haciéndose eco de la polémica "machiavélica"[4] contra los mercenarios, el ministro Pietro Teuliè afirmó que las tropas de la segunda Cisalpina, caídos o que han sido devueltos a casa, y los voluntarios que lucharon en 1796-1801, eran el receptáculo de los "vagabundos de Italia, de los desertores franceses o austríacos, de individuos 'sin honor y sin patria'".

El proyecto Teuliè y la ley de la leva (29 de mayo-30 de octubre, 1801)

El punto clave del ministerio de Teuliè (23 abril a 28 julio, 1801) fue el proyecto para la introducción de la conscripción obligatoria, presentado 29 de mayo. El proyecto, sin embargo, difiere radicalmente del modelo Jourdan. Teuliè prefiere contratar en bloque a 20.000 ciudadanos, sorteados entre las clases de 18 a 36 años, excluidos los sostenes de familia y con derecho a ser reemplazados. El objetivo no era sólo aumentar de 14.000 a 20.000 hombres a fin de reducir a los franceses con apenas 15.000, sino también en un afán de depurar el ejército de desertores.

Los comicios de Lyon (3 al 25 de enero, 1802)

El 26 de enero de 1802, una Consulta Cisalpina reunida en Lyon, proclama a Bonaparte Presidente de la República Italiana[5] y a Francesco Melzi d’ Eril, vicepresidente. En realidad, como siempre, la reforma militar dependía de la reforma constitucional. En Lyon, Napoleón sentó las condiciones para la reapertura de la cuestión militar.

La  sola presencia de la delegación militar permitió que los generales Trivulzio y G. Lechi (representantes en Lyon de las delegaciones cívicas de Milano y Brescia) fuesen los voceros naturales del ejército y el mismo Bonaparte los acreditó, quien se aprovechó al decir, delante de los italianos, que se asombraba de que todavía pertenecieran 300 oficiales franceses al ejército Cisalpino, a pesar de sus órdenes, cuando "Romagna y el valle de Brescia ofrece óptimos soldados". Fue la luz verde a la reforma militar, ejecutado por el gobierno de Melzi, con Trivulzio como ministro de Guerra.

La batalla por el Ejército Nacional

Un mes después de su toma de posesión como Vicepresidente, Melzi suspendió el reclutamiento voluntario y prohibió readmitir a los desertores. Confió a Ferdinando Marescalchi la intención de incrementar las fuerzas armadas (a través de la conscripción) para reducir las tropas francesas.

La ley del servicio militar obligatorio: las normas sobre reclutamiento

Melzi finalmente obtiene el consentimiento de Napoleón y pone en marcha el proceso constitucional para la introducción del servicio militar obligatorio. Prohíbe la reincorporación de desertores, e impulsa la persecución de los mismos, para someterlos al Consejo de Guerra.

El proyecto (de 84 artículos en seis títulos) eleva a una reserva de 60.000 hombres, para formar en cinco años, a partir del 1 de octubre a ciudadanos de 20 a 25 años de edad, con exclusión de militares ya dados de alta, los casados con anterioridad a la ley o viudos con hijos, sacerdotes y discapacitados (artículo 4-7).
Los hijos únicos, hermanos de militares y los casados con posterioridad a la ley eran anotados a continuación de los inscriptos de su clase (artículo 14).

En caso de cambio de residencia, los ciudadanos eran inscriptos en ambos comunes, pero después de un año podían obtener, con el permiso del comune, la cancelación en la lista de su distrito de origen (artículo 16).

Para asumir cargos públicos y recibir los fondos públicos tenían que demostrar haber cumplido sus obligaciones militares (artículo 62) y este certificado era emitido anualmente por el consejo de distrito, con la aprobación del prefecto (artículos 53-54). Los reclutas que se encontraban fuera de su distrito sin un permiso de residencia eran tomados como desertores (artículos 63-64). Por razones de trabajo o graves motivos, el prefecto podía autorizar los viajes al extranjero, expidiendo el pasaporte, y en caso de no cumplirse estas condiciones, el ciudadano era declarado desertor en el extranjero (“disertore all’estero”) (artículo 65).
Los voluntarios, aunque sean de clases no sujetas al servicio militar obligatorio, se les permitía presentar un "sustituto" o "suplente" idóneo de menos de 30 años. En caso de deserción, al ser llamados, podría sustituir por otro en las mismas condiciones. El suplente era inscrito con su nombre, pero con el apodo con el cual fue "militarmente designado" (artículos 30-31 y 56-61).
En tiempo de paz el enrolamiento era de 4 años para todas las armas, y un aumento de dos años, para el cambio de una armada a la otra. El 26 de febrero de 1803, el plazo de reclutamiento fue elevado a seis años para los conscriptos de caballería, artillería e ingeniería. En tiempo de guerra el enrolamiento era por tiempo indefinido ("cuando la seguridad de la Patria así lo requiera"). Al finalizar el conscripto recibía un certificado de cumplimiento de sus obligaciones militares, con autorización a seguir en la milicia, o retirarse definitivamente (artículo 55).
Los reservistas eran llamados únicamente en tiempos de guerra y se les eximía de todas las tasas personales, en los lugares donde eran sustituidas por el impuesto al consumo, recibieron "una recompensa monetaria" (Tit. IV, art. 43-52).
Cinco años de guerra habían multiplicado el número de pandillas de malvivientes y desertores que vagaban por el campo saquearon las granjas, constituyendo un peligro para los habitantes del lugar.  Se trató de asegurar las fronteras para impedir la emigración en masa de los desertores. Esta situación reforzó la idea de activar una fuerza militar para controlar la situación.

 
EL SISTEMA DE LA LEVA (1803) 

Gian Giacomo Trivulzio sostenía que el soldado no era un vil mercenario llamado a sostener los caprichos del despotismo sino un ciudadano que iba a defender su patria, la religión de sus ancestros, las leyes de su país para su bien y para el propio. Por lo tanto se imponía fomentar el patriotismo antes que el interés para servir a la Patria.
Mediante circular de fecha 26 de enero de 1803, Trivulzio recomendó, vez más, no hacer publicidad de la conscripción, limitándose a los avisos indispensables para notificar a los interesados, el día de apertura de los "registri di leva".
El 20 de abril Melzi encarga a los prefectos desmentir las voces que proclamaban que los soldados serian llamados a servir fuera del territorio italiano pero es el mismo Bonaparte quien ordena concentrar 4.000 italianos, y 2.000 polacos en Romagna, para enviarlos a Puglia. En septiembre de 1805 el territorio se quedó con apenas 5.066 soldados italianos, contra 60.191 franceses.

Circulares, pastorales y seminaristas (7 de septiembre, 1802 al 9 de mayo, 1803)

El primero en abrir fuego contra la ley del servicio militar obligatorio fue, el 7 de septiembre de 1802, el arzobispo de Milano, Giambattista Caprara, cardenal delegado en París, y negociador del acuerdo entre Francia e Italia. El cardenal protestó porque la exención del servicio militar se había concedido a los sacerdotes solamente, con exclusión de los seminaristas. Católico acérrimo, Melzi no quería ceder pero a medida que se acercaba el momento de decretar la leva, aumentaba el poder negociador de la iglesia.
En la circular a los prefectos del 15 de enero de 1803 el gobierno invitó a colaborar en la propaganda a favor del servicio militar obligatorio, "especialmente los ministros de la religión". El 1 de marzo, de acuerdo con Melzi, el ministro de culto Bovara envió una circular dirigida a los obispos y a los párrocos, instándolos a dejar de lado los "prejuicios" y declarar que la vida militar no era, de por sí, contraria a los dictados del Evangelio, como lo demuestra la experiencia histórica y la existencia de los ejércitos en todos los estados cristianos de Europa. Por lo tanto -afirmó Bovara con la habitual  hipocresía del burócrata agnóstico- la religión sería un servicio útil para la patria y la armada sería conformada, para que en los soldados "penetrara el sentimiento religioso", así se sabrían diferentes por disciplina y honor a la patria.
El 7 de marzo Caprara, respondió a la apelación, componiendo una pastoral dotada de alusiones del centurión de la Legión Tebana y lo mismo hace el abate Furloni, prior de la Orden de Constantino (quien murió en la pobreza en Milano en 1813). El obispo de Como denuncia el 9 de marzo a Bovara, al celoso jefe de batallón Pietro Foresti por haberse entregado a "discursi beffeggianti" e irónicos contestando a la pretensión del Estado de que la iglesia se interesase por cuestiones militares.
Melzi comunica a Bonaparte que la renuencia de los clérigos era especialmente fuerte en las ex-Legaciones Pontificias (especialmente en Romagna, donde en febrero se rumoreó que retornaría al Papa) aduciendo que la iglesia no podía inmiscuirse en la organización de la milicia. En aquel punto, los seminaristas acordaron renunciar, pero un testarudo Melzi envió una carta a Bonaparte (11 de marzo) para obligarlo a conceder un decreto de fecha 24 de marzo, para la bendita exención.
En muchos casos los mismos fieles se iban de la iglesia cuando los párrocos comenzaban a leer las circulares de Bovara, y en Tirano, el 10 de abril, los fieles se amotinaron insultando al párroco, por lo que fue enviada desde Como una columna de 600 hombres para controlar la situación. El 19 de abril el ministro de Guerra Trivulzio escribió otra circular a los obispos, para que apoyaran la toma inminente.

Los Consejos de Distrito de conscripción y requisición

La alarma social hacia imposible que se llevara a cabo en tiempo, la leva dispuesta. Transcurridos dos meses después de su implementación, apenas se contaba con 178 hombres, y tampoco estaban organizados los consejos de distritos encargados de confeccionar las listas. Para acelerar los tiempos, el gobierno presentó un proyecto para organizar en forma apresurada 240 distritos para un total de 4.716 comunes y faltaban además aquellos que componían Rubicone.
Mediante circular de fecha 17 de diciembre y 1 de enero 1803 el Ministerio de Guerra autorizó a los oficiales superiores enviados a los distritos, a decidir en el lugar, provisoriamente, acerca de los casos de dudas que se plantearan acerca de la ley, pero absteniéndose de interferir en los asuntos relativos a los ingresos de sujetos exentos de servicio militar o a los reemplazos. El 3 de febrero Trivulzio comunica a sus colegas del ministerio, que los cancilleres y administradores comunales, piden estar exentos de cumplir con el servicio militar. Cansado de ocuparse de detalles irrelevantes como la negación del clero a que los seminaristas sean llamados a la armas, Napoleón Bonaparte dirige una carta a Melzi aduciendo que "la República está sin ejército y nada se ha hecho en un año para resolver esta cuestión".
El 3 de abril Melzi se justifica con Marescalchi, culpando de la demora a la "tácita mala voluntad" de los consejeros municipales y de distrito y de los funcionarios locales.

El decreto Nº 27 del 13 de mayo y los temores de Murat

El 1º de mayo el gobierno ordenó a los consejos de distritos nombrar ellos mismos las comisiones de leva. La misma debía reunir, sobre la base del registro  anagráfico, la lista de los conscriptos aptos, eliminar a los inhábiles y verificar la idoneidad de los suplentes.

Fueron al mismo tiempo emanadas órdenes a los preceptos a fines de repartir los contingentes reclutados entre los distritos, impedir la emigración, y el fraude y enviar los requisitos de los comunes al distrito central y luego a los departamentos, para ser entregados en custodia a los oficiales y suboficiales a cargo.

La leva de 18.000 hombres prevista por la ley del servicio militar obligatorio fue dispuesta por el Decreto 27 del 13 de mayo. La leva debía efectuarse en un plazo de seis semanas, con prohibición a los reclutas de abandonar el distrito de residencia. Los primeros levados eran los que no se habían presentado cuando debían hacerlo.
El resto de los contingentes de distritos, deducidos los eventuales voluntarios, era completado con los integrantes de las clases 1778-1782. Se llevaba a cabo por trece "jueces de leva" departamentales, presididos por el prefecto y el capitán de las compañías locales de gendarmería.

Quienes pensaban que el gobierno desistiría frente a los enormes obstáculos que se le presentaban a la conscripción, se sentían derrotados. El 20 de mayo, Gioacchino Murat escribía a su cuñado Napoleón, con evidente molestia y un toque de reproche por haber alentado irresponsablemente a los italianos a librarse de la presencia francesa.
 
La constitución de la Legión Italiana (16 de abril - 26 de mayo, 1803)

Un contratiempo accidental era la partida de 4.000 hombres para la Romagna denunciada como un error el 20 de mayo por Melzi a Marescalchi, dado que restaba los mejores oficiales y suboficiales a la fuerza.

Para estar preparado para hacer frente a otras solicitudes de este tipo, Melzi había provisto a enviar a la leva la organización del cuerpo de disciplina, bosquejado en setiembre. La Legión Italiana fue instituida sobre tres batallones por decreto del 16 de abril y el aviso de su formación fue emanado el 18 de mayo, junto con el decreto de requisa a fin de poder rastrear de una sola vez ya sea a los renitentes a la leva como a los desertores destinados a las legiones.
En el cuerpo, con asiento en Cremona, eran admitidos sólo los voluntarios nacionales de 17 a 45 años de edad (excluidos los conscriptos), y los extranjeros que habían servido en el ejército italiano. El 26 de mayo el gobierno decretó la amnistía a los desertores con la condición que se enrolaran en la legión por espacio de cinco años consecutivos y ordenó a los prefectos, y a los jueces de policía, arrestar a los sospechosos y desertores, italianos o extranjeros, y enviarlos a la legión en base a la ley de la policía del 20 de agosto de 1802.

Resistencia y mano de hierro

Como se temía, la leva se había transformado en una cuestión de orden público. El 1º de junio los prefectos de Reno y de Panaro comunicaron que todos los distritos habían pedido la intervención de la fuerza armada para reprimir los tumultos. En Lario había desórdenes y mala voluntad, en Valtellina fuga general, en Mincio sólo Peschiera había comunicado algunos enrolados y en Caprino todos habían fugado. El 6 y 9 de junio Murat se dirige a Bonaparte, observando que "la conscripción no produce nada", y preanunciando "medidas de rigor".
La municipalidad de Milano, había autorizado una colecta para pagar a los voluntarios, reclutando solo forajidos, ociosos y "sin techo" que pretendían un precio exorbitante para enrolarse. En Mantova, la misma municipalidad promovía la inscripción, pero de 150 voluntarios que se habían presentado, los jueces habían admitido sólo cuatro. Los departamentos mejores eran Reno, Panaro, Mella y Agogna. En este último se habían reportado casos de violencia, mientras que en los distritos de Montefiorino (Panaria) y Mulazzo (Crostolo), los delegados habían sido amenazados, y en el Bajo Po (Papozze y Rosolina), se habían levantado en armas. En Milano, el reclutamiento fue del 9% de la cuota (49 de 543), mientras que en Olano se había reclutado solamente el 1 por ciento de lo establecido (20 de 1.920). A principios de junio, Murat le comunica a Bonaparte que viendo el poco éxito de gestión, podrían implementarse medidas de rigor.
 
El bastón y la zanahoria (16 de junio a 18 de julio de 1803)

Aceptando la responsabilidad de los gobiernos locales, inertes o incapaces, el propio gobierno garantiza el apoyo de la gendarmería, la que comenzó un rastreo en Milano en la noche del 16 al 17 de junio, y luego continuaron con los cuarteles de Pavía. Durante varios días la ciudad fue atravesada por grupos, a veces con cadenas, de conscriptos detenidos en los municipios vecinos.
Con todas las redadas, se recogieron sólo una sexta o una quinta parte del contingente. El 25 de junio, el ministro propuso la creación de tribunales militares itinerantes para reprimir, conforme a la ley del 3 de agosto de 1797, la resistencia colectiva o armada a la leva. El 2 de julio la 1 ª División (personal) del Ministerio criticó el uso de los tribunales, argumentando que incrementaría "el terror, la inquietud y el descontento", desacreditando al gobierno y desalentando "el ánimo de la población". Ignorando estas objeciones, el 11 de julio se decide formar columnas móviles en los departamentos Cispadanos para perseguir a los desertores y recurrir al sistema de "garnisaires"
[6] (oficiales de justicia), es decir el envío de un militar a vivir "mantenido" en el hogar del renitente, para inducir a la familia a reinsertarlo.
La elección fundamental, fue la de utilizar el bastón y la zanahoria. Así el 14 de julio, se decretó al mismo tiempo: a) una amnistía general para los desertores y refrattari a condición de presentarse dentro de un mes, respectivamente al jurado militar y municipal y b) el establecimiento de dos comisiones especiales para juzgar, de acuerdo con los procedimientos y las sanciones previstas por la ley del 3 de agosto del 1797 contra los enemigos del orden público, los autores y cómplices de la sedición y motines en contra de la leva. Las sentencias fueron sumarias, con sanciones severas y las condenas inapelables. También hubo una condena de muerte, llevado a cabo contra los principales responsables del tumulto de Seregno. En agosto, el prefecto del Rubicone informaba que las tropas, cívicas o en línea, enviadas a requisar a los renitenti provocaban daño, extorsiones y violencia.
A petición del prefecto del Lario, en la Circular del 8 de julio se concedió la exención al hijo de una madre viuda con hermanos en edad escolar, siempre y cuando no fuese propietario de la tierra y fuese sostén de la familia. Sin embargo, debido a la emigración, en Brescia y Chieri se debía reclutar incluso el hijo único y los casados.

Así, el 14 de julio el número de reclutados alcanzó los 10.000 hombres, subiendo el 24 a 11.486 y el 16 de agosto a 13.500, equivalente a tres cuartos del contingente requerido. El 9 de agosto, bajó la altura mínima de 5 a 4 pies y 11 pulgadas, destinando la asignación más baja a la infantería ligera, equipados con carabinas, más cortas y más fácil para manejar armas de fuego.

Las solicitudes de exención colectiva
 
Demostrando no haber comprendido la ideología política que fue la base del Estado y de la ley del servicio militar obligatorio, algunas comunas exigieron exenciones colectivas, como ocurrió durante el antiguo régimen.

El 31 de julio, el gobierno rechazó las demandas formuladas por los municipios de Papozze (Bajo Po) Golasecca (Olona), el Castelletto sul Ticino (Agogna) sobre el supuesto de que la mayoría de los sujetos para el servicio militar fueron "patrones" de barcos y necesarios en el caso de tener que armar una flota lacustre, como se hizo en 1799 y 1801. El 3 de agosto, la comisión de distrito de Riviera d'Orta dijo que las exenciones derivan en la indigencia de la población, citando la concedida por los franceses al distrito de piamontese de Valsesia.
En 1803 unos 28 de los 40 trabajadores en la fabricación de armas de Brescia (Lumezzane y Gardone Val Trompia) estaban en edad militar y algunos fueron reclutados por la artillería. Sin embargo, a partir de 1804 los armeros fueron puestos en licencia condicional y limitada, también los 41 empleados de la Armería Nacional de Milano y los empleados del arsenal de Cervia.
  
Y, citando las Termopili, Melchiorre Gioia inventado los jenízaros

La Discusión económica del departamento de Olona, publicado por Melchiorre Gioia en 1803, no pudo evitar encontrar una solución ingeniosa a una cuestión de orden del día como la crisis de la leva. La experiencia ha demostrado que el factor de mayor oposición a la leva fueron los  "sentimientos de la familia". Pero la leva, en lugar de privar a la familia de aquello que tenía, podía darle algo que le era privativo. En Olona, calculaba el economista piacentino, los huérfanos y vulnerables masculinos fueron en promedio 861 por año que, multiplicado por tres correspondía en gran medida, a la cuota departamental (2.463). Ciertamente, en el futuro se podía y debía nacionalizar y militarizar a todos los jóvenes italianos, pero ¿por qué no empezar con los que no tienen familia, reuniendo a los huérfanos y vulnerables "en un solo establecimiento para formar un grupo de soldados reemplazando el reclutamiento?
En este caso, el resumen de la propuesta no es justificable. El autor conocía bien la realidad de los internados: él, un huérfano de ambos padres venía del colegio Alberoni de Piacenza (donde, por supuesto, un talento excepcional como el suyo había cultivado el jansenismo
[7] y el absolutismo ilustrado). ¿Por cuál aberración burguesa podría cambiar el horror cotidiano de los orfanatos lombardos con educación espartana, exaltando a los héroes de las Termopili[8]? "Alejado del seno materno apenas nacido -escribió con un corazón de plomo- vanagloriándose de tener por madre solo a la patria".

Tan genial como poco original. La idea de los niños soldados (ahora hoy considerado un crimen internacional) era en realidad el quinto sistema de reclutamiento del ejército permanente, ilustrado por Montecuccoli en Aforismos de 1668-70 (De la guerra contra los Turcos de Hungría, libro III, cap. II, secciones 7-12): o sea, "las academias militares" (a imitación de los «jenízaros del Serraglio") en que los marginados (huérfanos, bastardos, mendigos y pobres alimentados en los hospitales) fueron criados como perros de guerra, a cambio de la "asistencia" pública.

 

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Fuentes:

[1] Crociani, Piero; Ilari, Virgilio; Paoletti, Ciro. Storia Militare del Regno Italico, vol. I, tomo I, pp. 205-266
[2] Crociani, Piero; Ilari, Virgilio; Paoletti, Ciro. Storia Militare del Regno Italico, Capítulo 10.
[3] Francesco Melzi d’Eril, el patricio milanés elegido para la vicepresidencia, aspiraba a que la República Italiana fuese lo más autónoma posible de las injerencias francesas. En pocos años, con todo, el gobierno de Melzi llevó a cabo una imponente obra de modernización de las estructuras administrativas y jurídicas. Creó casi de la nada un fuerte ejército, reclutado mediante el sistema de leva obligatoria, desconocido hasta entonces en esta parte de Italia; instituyó las prefecturas, con poderes bastante parecidos a los que tenían los órganos franceses análogos; estipuló con la Santa Sede un concordato que reconocía al catolicismo como religión del Estado, pero que aseguraba su subordinación a las exigencias del propio Estado; saneó las finanzas mediante la creación de deuda pública, administrada con nuevos criterios de corrección y transparencia; y renovó desde la base el sistema judicial y la instrucción media y superior....
[4] Por Nicolás Maquiavelo
[5]
Mellado, Francisco de P. Enciclopedia moderna: diccionario universal de literatura ..., Volumen 20. Madrid, 1853.
[6] Cuando un joven desertaba, su restauración se encargó a un Garnisaire. El Garnisaires a menudo se instaló en la casa del prófugo con la finalidad de llevar a la familia a la ruina financiera. Los gastos para el mantenimiento de los Garnisaires influían también en toda la comunidad hasta que alguno decidiera denunciar el escondite de un desertor. Los conscriptos detenidos en varias comunas fueron entregados a la Municipalidad, que a su vez los entregó a los Consejos de Distrito... A partir de ahí, los reclutas, soldados en las cadenas, fueron enviados a la capital de la Viceprefettura... Los reclutas refrattari que dieron a luz de forma voluntaria no fueron detenidos.
http://www.archiwebmassacarrara.com/percorsi/riferimento.php?ID=44 

[7] Jansenismo: m. rel. Movimiento religioso cristiano inspirado en los escritos de Jansenio. Tuvo su origen en el s. XVII y se desarrolló sobre todo en Francia durante los ss. XVII y XVIII. Basándose en la doctrina de San Agustín, atribuía una gran dosis de intervención a la iniciativa divina, y sostenía que Dios predestinaba a los hombres a salvarse o a condenarse.
[8] Battaglia delle Termopili  

Otras Fuentes Utilizadas:

http://wapedia.mobi/es/Leva   
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http://portales.educared.net/wikiEducared/index.php?title=La_Revolución_Francesa_y_el_Imperio_napoleónico


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